miércoles, 15 de septiembre de 2010

Buceadores de la piel.



Un tatuaje es para toda la vida, decían antes del láser. Hay quien lo lleva pensando años, décadas, hasta que se atreven, lo buscan, o lo secuestran.

Una tarde llevaron a una de estas personas y acabó con la imagen que quería, en el sitio que siempre había creído que se iba a tatuar el cuerpo. Aún así, todo era distinto, el secuestro, el dibujo, las circunstancias de lo inesperado. Y la piel, desde entonces.

Y ahí se encuentra, nadando (desde ahora, para siempre) una galaxia de tintas: un hipocampo, un caballito con los colores de una mariposa verde, azulada como una hoja, delgada como una pluma. Una membrana entre las burbujas, el agua y el sueño.

4 comentarios:

  1. Vaya, yo podría ser una de esas personas. Llevo mucho tiempo queriendo tatuarme un Sísifo feliz. He imaginado la escena muchas veces, el color, al dibujante, la manera de enseñarlo y hasta las miradas playeras. Seguro que luego todo es distinto.

    Saludos.

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  2. Mi tía ha esperado hasta los sesenta y cinco para hacerlo. Seguro que ahora es distinto que entonces, pero "ahora" fue el futuro de esos pensamientos. Está feliz.

    Un saludo.

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  3. Tecolote!! Tu blog se sale !!, me voy a pasar más a menudo porque me encantan las imagenes- y las palabras!!- las lineas y las manchas!! No pude ver tu expo en Magatzems, espero que fuera bien. Dentro de poco tendremos que colgarnos del Percherón, no? Bueno un abrazoteeee! Hablamos

    Andrés

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  4. Claro que sí, nos colgamos a la grupa del bicho mortal! Y hablamos. Un abrazo y hasta pronto.

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